Los engranajes pueden obtenerse por moldeo o por talla de diversos
materiales: aceros especiales, hierro colado, bronce, latón, aleaciones de
aluminio, nailon, madera e incluso tejidos y papeles baquelizados bajo presión.
Los que se obtienen vaciando metal en moldes apropiados son menos costosos,
pero, al carecer de precisión, requieren ser montados con mucho juego y son,
por tanto, ruidosos. Sólo convienen para maquinaria agrícola, grúas y otros
mecanismos en los que funcionan a velocidades moderadas.
La talla de las ruedas dentadas
se efectúa con máquinas especiales y a veces son simples fresadoras de cabezal
divisor. Con la fresadora, los mejores resultados se obtienen, no ya con la
fresa de perfil constante, sino con otra en forma de tornillo sin fin
poliroscado y varias veces interrumpido para formar otros tantos filos
cortantes. Esa fresa de rodadura gira sobre su eje horizontal y sus dientes
atacan al contradentado de la rueda a labrar que gira sobre un eje vertical. En
la talla por generación el útil consiste en un peine cuyos dientes cortantes
labran la pieza merced a un movimiento alternativo de traslación paralelo al
eje de la pieza. Como ésta gira al mismo tiempo, el movimiento relativo de la
herramienta y el de la rueda que se labra es semejante al de un engranaje de
piñón y cremallera. En otros casos el útil actúa mortajadora y sus dientes
cortantes van ahondando más y más las entredientes de la pieza a medida que el
eje de ésta y el de la herramienta se van acercando.
Los dientes, con perfecta que
haya sido su talla, nunca están exentos de estrías, asperezas y deformaciones.
Por lo demás, aunque fueran perfectos, sufrirían deformaciones al ser
templados. Es consiguientemente imprescindible someterlos a ulteriores
operaciones de rectificación. Los procedimientos corrientemente aplicados con
dicho fin son: el esmerilado con muelas especiales, muy finas, a las cuales,
tallándolas con diamantes, se ha conferido el perfil exacto del entrediente; el
lapeado, que es un esmerilado con un abrasivo tan finísimo que se llegan a
respetar tolerancias del orden de la milésima de milímetro; el bruñido,
consistente en montar la ruedas y piñones en su posición de trabajo hasta que
se consume el desgaste de sus asperezas. Los engranajes perfectamente tallados y
rectificados no disipan por fricción más del 1% o, a lo sumo, 2% de la energía
mecánica transmitida.
3 comentarios:
Alfinal te a quedado genial el blog clara:)
Muy bien clara las ideas estan muy claras y la letra se lee claramente Enhorabuena clara gracias por ser tan clara
Que Perfeccion:) jeje esta muuyy bien
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